España ocupa el cuarto lugar en el ranking mundial de cirugías de cirugía estética, detrás EE.UU, Brasil Y. Argentina. Somos poderosos y contamos con excelentes profesionales, algunos de los mejores. Esto es un alivio porque los cirujanos estéticos también son plásticos y maestros. Para quienes aún no lo sepan, existen dos especialidades que ayudan a que las personas ya no se vean mejor frente a un espejo, sino a restaurar alguna función perdida por cualquier cuerpo u órgano, o recuperarse de los efectos de una enfermedad o gravedad. lesión, accidente automovilístico. Al mismo tiempo, la disciplina va más allá de la pura estética, un concepto que nunca debe pasarse por alto.
No es que critique la cirugía estética en este post o en cualquier otro foro. Además, estoy absolutamente de acuerdo cuando se usa con prudencia y se hace de manera honesta y profesional. El deseo de mejorar es absolutamente loable, y asumir la edad y los años pasados no debería significar que debas permitirte el sueño; Pero de convertir el quirófano en un laboratorio de monstruos, hay un abismo, y caer en él tiene consecuencias absolutamente deplorables, incluso trágicas. El abismo se llama dismorfobia Oh trastorno dismórfico del cuerpo y consiste en un defecto psicológico que quienes lo padecen siempre ven defectos físicos, aunque estén ausentes o sean muy pequeños, que tratan de corregir en base a una operación tras otra. Un buen cirujano estético, ético e inteligente sabe detectar este tipo de primeras consultas y derivar a estos pacientes a psiquiatras y psicólogos que les ayuden a superar este trastorno. Sin embargo, siempre hay malas prácticas, gente que se cuida más que bien el bolsillo y que, poniendo unos miles de euros, puede comprometerse Víctor Frankenstein y crear monstruos reales a los que no dan vida como protagonista de una novela mítica Mary Shelleypero una imagen horrible. Horror, que debería estar prohibido por la ley, pero antes de eso ninguna autoridad sanitaria de ningún país del mundo está haciendo nada. Y como una imagen vale más que mil palabras, los invito a ver el montaje preparado en Power Point por Macro de Fátima. Antes y después del bisturí deformante. Creo sinceramente que la dismorfia afecta no solo a los protagonistas de este documento, sino también a quienes practicaron tales horrores, deberían estar en un hospital psiquiátrico o al menos ser alejados de una profesión mucho más digna y necesaria, desfigurada por las manos codiciosas de los cirujanos estéticos. , que no merecen esta calificación.
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