Con los años, me di cuenta de que mi verdadero «yo» solo existe en el verano. El resto del año soy un impostor, un avatar que intenta sobrevivir con algo de dignidad y con el mínimo desgaste hasta las próximas vacaciones. Y eso es lo que los fines de semana hago, lo que realmente disfruto, algo que me hace feliz. Ya no hablo de viajes a paraísos perdidos o grandes aventuras. No, no voy por ese camino. Son cosas pequeñas, incluso pequeñas. Levántate cuando dormir ya no requiera almohada, sigue leyendo el periódico hasta que coincida con el último, ya frío, café con leche para desayunar, nada sin mangas en una buena novela en horario laboral, no perdones ni un solo día de vermúya sea de caña o rojo con blanco) con un gorro alrededor del mediodía, pierdo el conocimiento en la somnolencia, sudoroso, y es mucho más tiempo que el recomendado por los expertos en este ensueño … Gourmets de la vida que ya sabes a qué me refiero: haz lo que quieras cuando te apetezca .
El verano es una época mágica en la que no existen los despertadores, Wifi aún no se ha inventado y es capaz de convertir una máquina de sándwiches frente a una computadora en una porción de coquina, mitad sepia y unas gambas Huelva frente al mar sin empapelado. Sin trampas y sin cartón. La única responsabilidad es colgar una toalla al levantarse de la playa para que esté seca al día siguiente. Pero una cosa es cuando llega el verano y otra muy distinta cuando empiezan las vacaciones. Antes de que los pongas en marcha y te dirijas por ti mismo, hay unos días en la ciudad de intensa jornada laboral en los que los periódicos trabajan en bikini completo (Ya son muy limitados, confirmando el peso. Carmen, mi coño), y en las noticias noticias sobre el nacimiento de osos panda en cautiverio, surf-zarigüeyas, las últimas baratijas con el título trending topic y la costa nacional, salpicada de banderas azules.
John Keras recomienda:
-Cool Water Man Pure Pacific, Davidoff: aromática, fresca y con una capa chispeante, esta reinterpretación del agua fría combina el corazón de albahaca y salvia con una potente nota de enebro. Una botella llena de la belleza e intensidad de las lagunas azules del Océano Pacífico. Cuesta 47/125 ml.
–Stromboli en vivo azul claro, de Dolce y Gabbana: Los diseñadores italianos han capturado lo mejor del Mediterráneo con esta agua amaderada con sensualidad añadida. Hedonismo en estado puro. Cuesta 79/125 ml.
–Brit Summer Edition para hombre, de Burberry: desde Christopher Bailey fue nombrado Director Creativo en noviembre de 2009 británico las mejores prácticas son mejores que nunca. Y cuenta con esta fragancia fresca inspirada en el verano británico. Cuesta 58 € / 100 ml.
–L’Eau d’Issey pour Homme, Issie MiyakeR: Si bien la gran mayoría de creadores se inspiran en el mar en sus lanzamientos de verano, el maestro japonés, como siempre, se libera y nos transporta a un oasis especiado y amaderado en medio del desierto. Issy nunca cambia. Cuesta 52/125 ml.
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