Corría el año 2002 en la cámara frigorífica de un hospital norteamericano, en el que se exponían pacientes vestidos con solo una de esas batas en las que se realizaban radiografías MASCOTA (Termografía por emisión de positrones en español) para detectar posibles tumores. Alucinando, los radiólogos notaron en las imágenes que en el cuello, los hombros y algunas partes de la espalda de algunos de ellos eran motas amarillas, pequeños puntos que no tenían tumores y que nadie sabía lo que estaban haciendo allí. El misterio se reveló cuando la atmósfera en la sala de pruebas se calentó y salieron pequeñas motas a través del foro. El calor los hizo desaparecer de la termografía. Entonces por accidente grasa parda. Tipo de tejido adiposo que se activa al quemar calorías para calentar el cuerpo. Grasa que adelgaza.
Ante el descubrimiento, se iniciaron investigaciones y especulaciones sobre el potencial de estas células grasas de color marrón oscuro (de ahí su nombre) cómo activarlos para superar el exceso de peso. Diez años después ya saben mucho de ellos, pero aún no lo han utilizado como terapia para contrarrestar el caos provocado por su primo hermano. grasa blanca. Por ejemplo, se sabe que la grasa parda es un legado de la niñez. Estos bebés lo tienen en mayor proporción porque el termostato de su cuerpo aún no está completamente formado (por ejemplo, no tienen la capacidad de temblar como señal de advertencia de un resfriado), y la naturaleza las dota de este tipo de grasas para protegerlas de los choques térmicos. A medida que envejece, la grasa parda se vuelve más delgada, se realizó un estudio Harvard, mostró que está presente en el 50% de los jóvenes de 15 a 35 años; después de esta edad el porcentaje desciende al 24%. Privilegiado, apoya los depósitos de grasa marrón en la madurez (generalmente en la espalda, el cuello y los hombros), es mejor que mantengan al chico frente al peso, estos son los que comen y no engordan. Pero hay más, también se sabe que las células marrones deseadas no proceden del tejido adiposo; aparentemente durante el desarrollo embrionario se originan en las células progenitoras del tejido muscular. Hoy en día, los laboratorios están inmersos en diversas áreas de investigación para recuperar la grasa marrón y hacer que queme calorías para derrotar a su opuesta, la grasa blanca.
Por ejemplo, algunos estudios realizados en ratones en 2009 muestran que arexina, una hormona producida en el cerebro, activa la grasa parda de estos roedores. La falta de esta sustancia está asociada a la obesidad, lo que sugiere que los suplementos de arexina pueden aportar un nuevo enfoque terapéutico en la lucha contra el exceso de peso, incluso se habló de una píldora milagrosa para tomar y adelgazar sin decir una palabra. Sin embargo, estos son estudios, no realidades, y no deben dejarse engañar o seducir por el marketing y la publicidad de determinados intracosméticos. Principalmente porque se desconoce qué habría pasado si los mismos experimentos se hubieran realizado en humanos; segundo, porque si no hay grasa parda para activar, la píldora milagrosa será inútil. Luego,cómo reponer la grasa parda si ya la hemos perdido? Los científicos prefieren manipular los glóbulos blancos, extraerlos por liposucción y tratarlos con proteína morfogénica. PM-7, que gracias a la ingeniería genética ya se utiliza en cirugía ortopédica para la regeneración ósea y cartilaginosa. Según un experimento hasta ahora complejo, siempre en ratones de laboratorio, puede convertir las células madre de grasa blanca en su ego alternativo marrón. Quizás en el futuro seremos capaces de quitarnos las cartucheras y usar el exceso de grasa para remodelar nuestra silueta, rellenar las arrugas y reproducir el tejido marrón perdido para preservar el tipo, pero ahora está convirtiendo los antiestéticos adipocitos en realidad frente a una báscula o un espejo. ciencia ficción.
¿Y si en invierno bajamos la temperatura de la casa, perderemos unos kilos además de ahorrar unos euros y proteger el planeta.? La termogénesis, que produce calor corporal quemando grasa, ya se usa en algunos dispositivos cosméticos, pero no se espera que sea un milagro contra la obesidad. Lo siento, pero el resfriado en sí no adelgaza, y va acompañado de lo habitual: un poco de ejercicio constante y una dieta equilibrada. Tendremos que esperar hasta que la ciencia haga su trabajo
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