Hace más de quince años entré por primera vez en el centro Carmen navarra. Y digo centro porque entonces yo solo tenía uno, en la calle Nicasio Gallego Madrid. Hoy tiene cuatro, tres en la capital y otro en Sevilla. Todas están equipadas con los últimos aparatos estéticos, todas imbuidas de un ambiente cálido y confortable donde el hombre oriental convive en miles de amores utilizando la última tecnología y las manos más entrenadas que he probado.
Santuarios de belleza donde la eficiencia no contradice el tiempo; donde te gusta perderte aunque sea por una hora. Un refugio que ya forma parte de mi vida.
Carmen es más que una esteticista, es una gurú en su universo.
Dedicada al cien por cien a su profesión, dedica parte del fin de semana ”.estudio”; como ella dice, «hay que reciclar constantemente porque en este mundo todo se mueve muy rápidoEn tus armarios no hay aparatos y cremas que no hayas probado, probado o analizado. Pionera en casi todo lo relacionado con ella, los mejores especialistas en medicina estética han pasado y están de paso por sus centros. Allí conocí y viví manos internacionales El soltero Oh Por qué; los ciudadanos Elvira Rodenas, Jose Vicente Lajo, Cesar Casada Oh Extensión de limpieza; mi alma fue salvada por magistrales gotas y energía Jose mora, uno de los neuropatas más entrenados que he conocido; Serví como conejillo de indias – por mi santa voluntad– dispositivos como Natación (en todas sus versiones) GLP,, Icoone,, Bea,, Indyba,, Blanco y Negro, … Y una serie de tecnologías y ejecutivos que me ayudaron a llegar a casi 50, hicieron un pincel. Sí, porque, aunque me cuido todo lo que puedo, ¿qué hay de mí? En Carmen Navarro.
Más de una vez he cruzado el umbral del santuario Sagasta (en el número 21) emocional y físicamente Antonella, Monica, Raquel, Adriana, Montse, Jetuha, Peacock, Irina… Me devolvieron la energía, la autoestima y el buen humor. Y sin menospreciar a nadie, como todas las chicas Carmen son hermosas, escribí sobre mi amiga que, además de generosidad y vida, tiene manos privilegiadas. Tanto es así que hasta las princesas acudían a él en la cabaña para obtener sus beneficios. No tengo los orígenes y la fama de muchos de los clientes de Carmen, pero de vez en cuando he tenido el privilegio de contar con sus gracias estéticas.
Lujo. Una experiencia que es fácil de olvidar no solo por la evidencia de los resultados, sino también por el sentimiento que se percibe al recibirlos. Sus manos bailan con un ritmo especial, como en conexión con el espíritu de las telas que tocan; Están dotados de un don, un talento que los hace únicos. Un vicio al que no conviene acostumbrarse, porque sus actuaciones son pocas, cada vez más.
Sin embargo, si tiene un prodigio en sus manos, su hombre es aún mejor. No porque sea importante para él ser orgulloso o arrogante, no porque en la cima desprecie a los que aún no lo han logrado.
Más de una vez la vi reducir sus beneficios a cero, incluso perdiendo dinero, para que una joven con poco poder económico y dispuesta a mejorar su imagen pudiera tener un tratamiento que le iba a sacar los complejos, aunque el presupuesto no le diera para llegar a ella. La niña no lo sabía. Esto es señorío. Ella es paciente y generosa. Continuando, todos los años nos lleva a mis 30 alumnos y a mí a su centro, cuenta magistralmente, muestra el centro y hace sorteos entre todos los tratamientos faciales y corporales …Gracias Carmen, es un honor ser tu amiga!!
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