Cuando ayer hablamos de protección capilar bajo el sol, no creas que con este gesto ya has resuelto el problema del cuidado del cabello en verano. Después de un día de playa, al regresar a casa o al hotel, es necesario eliminar los restos de sal, cloro, arena e incluso las algas más pequeñas que pudieran quedar en el cabello, así como los restos de equipos de protección.
Aunque los champús habituales son válidos para esta misión, en este momento no está de más cambiar de producto y optar por los champús solares porque nos aportan una dosis extra de hidratación y recuperación capilar.
Suelen contener filtros solares que protegen el cabello después del lavado, así como nutrientes y sustancias reestructurantes que fortalecen la estructura interna del cabello, mejoran su protección frente a influencias externas y actúan sobre los daños que el sol puede ocasionar en la melena. Para completar la tarea, es conveniente, como en el resto del año, utilizar una determinada máscara después del sol dos veces por semana y acondicionador después del sol todos los días.
Estos productos hacen por el cabello lo que su cuerpo hace «análogos» a la piel. Es decir, calman, hidratan y preparan el cabello para que esté listo para el sol del día siguiente. Entre mis favoritas están las líneas solares. René Furterer, Klorane, Redken, L’Oréal Professionnel, Kerástase, System Professional de Wella y Bonacure Sun de Schwarzkopf. Y para una hidratación profunda en cualquier momento me gusta el aceite. Curita, Hiles, Monoi de Tahití y Lierac y glicerina con Philip B..
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